24 Oct
24Oct

¿Te ha pasado alguna vez que al recoger tus gafas nuevas y probártelas por primera vez, desaparece de tu cara la sonrisa que llevaba puesta al entrar por la puerta?

La sensación no es la que esperabas, sientes que te has puesto las gafas de otra persona, empiezas a dudar de la profesionalidad del óptico que te realizó el examen, o del técnico que se ha encargado del montaje incluso dudas hasta de la empresa!

La comunicación se vuelve tensa, tu cara ya no es amable y la persona que te la está entregando se está empezando a poner nerviosa.

¡RESPIRA!

Y sobre todo escucha al profesional.

Si es la primera vez que vas a utilizar gafas, es completamente normal que la primera sensación no sea cómo te las esperabas. Tu cerebro tiene que reaprender a ver. Sí, has leído bien, tu cerebro. 

Los ojos sólo son los trasmisores de las imágenes, es el cerebro el que completa e interpreta la información. 

Pero hoy no vamos a profundizar en percepción visual, si no en los síntomas al mirar a través de una lente.

Además hay muchos motivos por los que te pueden prescribir unas gafas:

- Por mala visión de lejos.

- Por mala visión de cerca.

- Para evitar síntomas como cansancio, fatiga visual, visión doble, etc.

- Por pérdida de parte del campo visual.

- Por salud, utilizando filtros.


Lo primero que tienes que saber es el por qué de la recomendación de las gafas.

Y lo segundo, es reconocer y aceptar que tienes la necesidad.

Es cada vez más usual que la prescripción sea por problemas de visión binocular, no refractivos, debido a la era digital en la que vivimos, y al recoger las gafas nuevas y probarlas, la sensación es de que no nos hacen nada, que la visión es la misma que sin ellas. Y es que así debe ser. Si la lente te va a relajar la acomodación, no tienes que notar nada, simplemente en tu día a día te ayudará a combatir la astenopia, la fatiga visual, pero no te va hacer ver mejor.


Si eres miope y hasta ahora ibas por el mundo sin levantar la cabeza, cuando recojas tus gafas por primera vez y mirar de lejos, te deberías de sorprender por todo lo que te has estado perdiendo. Pero al mirar de cerca puedes decirle a tu óptico que ves peor. Esto también es normal. Hasta ahora veías de cerca sin acomodar, desligando el sistema acomodativo del vergencial. Es decir, tus ojos convergían, tus pupilas se contraían pero tu cristalino no acomodaba. Ahora, a través de tu lente negativa (compensan la miopía), para ver de cerca necesitas acomodar como si fueras emétrope, y esto puede causar molestias.


Si por el contrarío eres hipermétrope y es la primera vez que vas a recoger tus gafas, lo más seguro es que digas que ves mejor sin nada. También estamos acostumbrados. Esto ocurre porque tu cristalino está acomodando y tienes que aprender a relajar para que la lente haga ese esfuerzo por él. Y esto supone un tiempo de adaptación.


Así que no te preocupes, confía en tu optometrista y sigue sus consejos.




Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO